Página:Antigona - Roberto J Payro.pdf/169

Esta página ha sido validada
— 169 —

cido, que se llamaba Juan Lovez, un noticiero de un diario de la tarde, y algunas otras personas, conocidas de Armando.

El poeta iba vestido de negro, exageradamente elegante y usaba melena y anteojos. Era un lindo mozo, y lo hubiera sido mas, si, hinchado por la vanidad, no fuera tan pedante. Miraba echando la cabeza hácia atras, con gesto majestuoso, y al hablar lo hacia con voz lenta, dejando caer las palabras una tras otra con afectacion ridícula. Acostumbraba alargar algunas sílabas, por lo general una en cada tres palabras, deteniéndose en ellas mas que en las otras. Por lo demás hablaba con forzada correccion, tratando siempre de elejir las voces menos comunes. Seguramente su pedanteria no llegaba á ser como la del D. Herméjenes de Moratin. Era mucho menos, pero existia sin embargo. Cuanto vió llegar á los dos amigos se adelantó hácia ellos.

— Tengo el gusto de presentarte al jóven Juan Lovez, dijo Armando á su amigo. Es un muchacho que hará carrera; escribe excelentes versos.

— Oh! Es favor que me haces, dijo el poeta con énfasis. No le crea Vd., prosiguió, dirijiéndose

á Ernesto. Es mi amigo y por esa razon me lisonjea.