Página:Antigona - Roberto J Payro.pdf/157

Esta página ha sido validada
— 157 —

— ¿Ignoras entonces que el que escribe no puede ocuparse de nada mas? El dia debe darlo á las obras agenas; la noche á las propias.

— ¡Falso!

— ¿Por qué? En qué te fundas?

— En que la mayoría de los autores de la antigüedad y unos pocos de hoy, trabajaban y trabajan, dando á sus obras el tiempo que otros dan á las diversiones. Ahí tienes á Esopo, por ejemplo: ¿quieres «empleo» mas penoso que el de esclavo? ¿Crees que le quedaria mucho tiempo para dedicarlo al cultivo de las letras?

— No; pero Esopo ha dejado pocas obras.

— Pocas? Estas equivocado; ese es un error. Ha dejado mas que los cientos de volúmenes de otros autores. En cada línea encierra un precepto; en cada fábula un libro entero!.. ..

— ¡No me pareces el mismo!

— Sí, siempre soy el mismo. Durante largos años he leido, he leido siempre, pero sin darme cuenta de ello, á ciegas, sin sacar provecho alguno. Cuando desperté y comprendí que lo que habia leido podia servirme, lo recordé todo y supe encontrar el secreto oculto por el autor en cada línea que es-