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Don Miguel comenzó á extrañar la prolongada ausencia del jóven, y un dia preguntó á Manuela. por él.

— No sé por qué razon no viene, murmuró la niña.

— No le has visto?

— No.

— Extraño mucho que no vengá.

— Quizá esté ocupado. -Es verdad, pero siempre quedan algúnos minutos para visitar á los amigos, ó cuando menos para saludarlos desde la puerta.

Manuela calló.

Deseaba que Ernesto no apareciese para no tener que demostrarle disgusto. El gérmen del amor no se habia esterilizado. La fuerza de voluntad de la jóven le habia hecho ocultarse en el fondo de su corazon, pero allí vivia y viviria siempre!.... El amor verdadero no desaparece al primer golpe, pues necesita que el tiempo vaya poco á poco haciéndolo desvanecerse; pero para esa evolucion no bastan dias, sinó meses, años.... Por otra parte, la jóven ignoraba que ese sentimiento existiera en ella, lo

que la hacia exclamar: