Página:Antigona - Roberto J Payro.pdf/139

Esta página ha sido validada
— 139 —

— Para qué? ... Para... Para demostrarte que tengo educacion y no para otra cosa.

Armando no era él mismo en aquel momento. Estaba perdido, extraviado en un laberinto hecho por él, y cuya salida no encontraba.

— Y por qué esa enemistad? preguntó Lindoro.

— Por qué? Por qué? Porque no quiero ayudarte en tus planes; porque no quiero que te acerques á Manuela.

— Lo conseguiré sin tu ayuda. Ah! Ah! Estás enamorado de ella! Pero ¿qué vas á hacer en contra mia? Yo tengo dinero; tú no le tienes. Yo valgo mas que tú, á los ojos de todo el mundo, y á los mios tambien!

— Oh! ¡No lo conseguirás!

— Ya veremos! ¡Caballero ... de industria!

— Lindoro!!...

Y Armando se puso verde de ira.

Pero un instante despues tomó su sombrero y salió, mirando á Acuña con aire de desafio y diciéndole:

— ¡No la conseguirás para tí! No! No! No! Yo la amo y tendrás que luchar conmigo, frente á frente, y te inutilizaré, como he inutilizado á ese Ernesto!...