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humedad, Mi es que los jóvenes hubieran de rayos del siguienté dia á recordar á 101 Jóvenes resignarse hasta carecer de este triste consuelo nuevamente la terrible Iituacion en que se enCárlos fué el primero que se puso ellos iba y que con Bigo llevaba yesquero. Con él de pié y tendió su vista alrededor del campo se encendieron los cigarroB pudiendo gozar si. examinándolo con la delencion debida que exiji~ quiera de ese tan gran placer que debe Ber tanto el calo y como él era capaz de hacerlo, cuando BI! deleitan con él, desde el rey al aldeaLa peq!Ieña.loma le permisia dominar UDa no y dellle el barquero hasta el mas modesto regular, diatancla en todas ¿IreCCione.; pero hombre de mar, desgraCIadamente el estero donde habian caído Una vez que los cigarros se hallaban al termi- era enorme, narse se encendieron con ellos algunas hoj aras·. Agua y sango por to.das partes, era lo que ofre, eaB que alli se hallaban esparcidas y que al efec- cla (¡la VIsta, su medio de su:Vegetacion que era to se habian rennido, con las cualeB pudo levan· un nuevo y falIgoso obstáculo con que delde el wse lumbre, y proceder 11 Becar en lo posible dia anterior venian luchando, las ropas ind¡Bpensables. No tenian un triste La actitud contemplativa de Cárlos era BeCun. lJocado de pan quellevar á sus lllbios, dada por los demás á medida que se iban levan. En vista de tan aflictiva situacion Cárlos' les tando; pero todol convenian que se hallaban dijo á sus compañeros que todo tenia término en rodeados de agua en todo lo qu8 daba la vista la vida, y por consiguiente hasta los mas sagra· ss¡es que se echó, mano del f anteojo que tu: doe compromisos del hombre. Que él se hallaba Illtesesante rol yema deBempeñando de tiempo convencido que eran unos valientes y unos leales, en tIempo en la espedicion, pero que las supremas circunstancias por q,¡e T.ampoco el anteojo en BUS vastos dominios atravesaban le obligaba á eximirlj)B del compro· vssla á dar el menor asomo de esperanza Ii. 101 miso que con él habian contr!Üdo de incorporarse vIaJeros. De mano, en mano fué pasando y de vivoB Ó muertoB á la revoluclon, y que luchando mano en mano volvla á. retr.oceder, pero siempre con eBcollos insuperables, cada ellal podia salvar- para prsBentar en su mfinsto campo, agua y se como mejor DioB le diem á entender, en vís· fango, Juness y densos zarzales por donde quie' ta de lo cual leB devolvia la palabra que con él ra que se mIraba, tenian empeñada. En vista de tan graves y nuevas dificultades La oscuridad de la noche, las solemues cir· q ue á la. vista se ofrecian, los ocho compañecunBtancias en que se hallaban, aumentando todoB ros resolvleron ponerse en camino cuanto antea cBtol detalleB 10 supremo del caso, dió tal au- y á la ventura de Dios, dejando en la pequeña tollidad al franco y sene, llo lenguaje de Cárlos, loma, los recados que consigo llevaban á costa que impresiosó, vivamente á BUS sospañeros, de tan grandes esfuerzos y que tanto leslhubieran lIaciéndose mterprete de los senlImlentos de servido en tiempos mejores,.pues ellos en OBll todos el que habia propuesto la capitulacion á momsnto so hacian sinó aumentar la fatiga de bord~ del bote, dije que en la vida del comba- un V13ge lIltolerable. Se desprendian de ellos tiente tan' solo una flaqueza podia disculparse, con la esperanza de recuperarlos si cerca de Que él ya la hauia tenido prsponiendo.la capitu, allí tocaban tierra firme, lacion' pero que para dar una Idea aproxImada del La loma, que hasta ese momentolleB habia ser—o templ~ de su elma, juraba en esos solemnes mo· vido de refugio, rué abandonada por los ocho como mentos correr la suerte que el destino les depa· pañeros, y con ella los recados, entrando todos rase á todos y que no deberían de separarse ja· nueva y resueltamente á los esterales, más hasta rendir la fatigada vida ó verse incor-. Las· fatigas del dia anterior volvieron á repro, porados á sus compañeros s~ armas.. duClrse, pero sajo sonsiciones mucho peoreB La noche silene. OSII recoJló tal vez conmOVIda pues.permaneclan aun sIn comer y cansados por el juramento que en tan supremo trance volvie- la prImera marcha. Así vagaron nuevamente entre ron á pronunciar los amigos, de p.elseversr en el agua y el fango y los esormes zarzales que bajo sus propósitos hasta el últim? trauce rindiendo de ella e.nredaban sus ple?, hasta que en medio de el postrer aliento por la patrIa. Nobles y leales tanta fatIga y pena tanta volvió á dibujarse la jóvenes dígnos mil veces e(} yer orlada su frente noche mucho mas sOlbbria que la primera' feliz, con el laurel de la iomortalidad! men: o uno d! y los, marineros descubrió utia peComo los espedicionarios eran ocho, cada quena p: ommsncla del terreno, semejante á la cuatro horas tocaba á cada dos el servicio de que hablan deJado, lo que les permitió descansar pareja para que los demaB pudieran entregarse allí de sus, fatigas aunque ya caai ednimes por á un descanso que bien merecían y lenian ga- la estenuaClon, nado á consecuencia de las muchas fatigaB de El silencio intérprete fiel de la mas honda ese dia ó mas bien dicho desde el anteríor, tristeza enmudeció á los amigos que cali ya La noche no presentó incidente digno de no hablaban entre si; pero apesar de todo ello lDencionarse, v¡Jliendo muy luego los primeros se restablecio la guardia de dós en dos y pistol"

á no Ber por un hombra prevenido que entre contraban.