Cuando se toca una pieza ó peon, se está obligado á jugarla á no decir recalzo, á no ser que se haya tocado para componerla por estar mal colocada, lo que se debe advertir así.
Cuando se toca una pieza del adversario sin decir recalzo este puede obligar á tomarla, y de no poder ser, el que la haya tocado debe jugar su Rey si se puede.
Despues de haber soltado una pieza, no puede volverse á tomar para ponerla en otra parte; pero mientras no se abandone puede jugarse donde se quiera.
Si por equivocacion ú otro motivo se hiciese alguna jugada equivocada, el contrario puede obligar al que la hizo á que mueva el Rey (como en el artículo vi), no pudiendo reclamarse ninguna jugada equivocada despues de haberse movido el adversario.
Todo peon que llegue á la octava ó á la última casilla del tablero puede coronarse Reina, ó cualquiera otra pieza que se quiera, aunque subsistiesen todavía todas las piezas.
Un peon tiene el privilegio de dar dos pasos la primera vez que se mueve; pero, en este caso, puede ser tomado alpasar por todo peon que esté en disposicion de hacerlo, si no se le hubiese adelantado mas que una casilla.