Página:Ana Karenine Tomo I (1887).pdf/91

Esta página no ha sido corregida
89
Ana Karenine

—La condesa—continuó Ana—ha insistido para que vaya á verla; mañana iré... Vamos, veo que Estéfano permanece mucho tiempo con Dolly—añadió levantándose con cierto enojo.

—¡Yo quiero ser primero !—gritaban todos los niños, que acababan de tomar su té y entraban en el salón corriendo hacia su tía.

—Todos juntos —dijo Ana saliéndoles al encuentro; y cogiéndolos en sus brazos, echólos en un diván, riendo de la mejor gana al oir sus gritos de alegría.

XXI

Dolly salió de su cuarto á la hora de tomar el té; Estéfano Arcadievitch lo había hecho antes por otra puerta.

—Temo que tengas frío allá arriba—dijo Dolly, dirigiéndose á Ana—y quisiera hacerte bajar para que estuviésemos más cerca.

—No te inquietes por mí—replicó Ana, tratando de adivinar por el semblante de Dolly si se había efectuado la reconciliación.

—Tal vez haya demasiada claridad.

—Te aseguro que duermo bien en todas partes, y siempre profundamente.

—¿De qué se trata ?—preguntó Estéfano Arcadievitch, entrando en el salón y dirigiéndose á su esposa.

El tono de la voz indicó ya por sí solo á Ana y Kitty que los cónyuges se habían reconciliado.

—Quisiera instalar á Ana aquí—contestó Dolly;—pero se deberían bajar las cortinas, y nadie sabrá hacerlo sino yo.

«¡ Sabe Dios si la reconciliación habrá sido completa!»pensó Ana al notar el tono frío de Dolly.

—No compliques las cosas, amiga mía—dijo el esposo ;—si quieres, yo lo arreglaré.

«Se han reconciliado »»—pensó Ana.

—Ya sé cómo te arreglarás—contestó Dolly con burlona sonrisa ;—darás á Matvei una orden que él no entenderá, después te irás á la calle, y se enredará todo.