Página:Ana Karenine Tomo I (1887).pdf/100

Esta página no ha sido corregida
98
Ana Karenine

sofá; los pliegues vaporosos de su falda rodeaban como una nube su frágil talle; uno de los delicados brazos pendía sin fuerza, en parte oculto por los pliegues del vestido; y la mano del otro agitaba nerviosamente un abanico, para refrescar el rostro enardecido; pero aunque pareciese una linda mariposa posada en la flor y dispuesta á desplegar sus alas, la más espantosa desesperación martirizaba su alma.

«¡Tal vez me engañe y no exista todo eso!—decíase Kitty pensando en lo que había visto.

—¿Qué tienes, hija mía?—dijo la condesa de Nordstone, que se había acercado sin que se oyeran sus pasos sobre la alfombra.

Los labios de Kitty se estremecieron, y levantóse vivamente.

—No bailas el cotillón?

— No, no contestó con voz temblorosa.

—La ha invitado delante de mi—dijo la condesa, sabiendo bien que Kitty comprendía de qué se trataba; y Ana le preguntó que si no bailaba con la princesa Cherbatzky.

¡Todo me es igual!—contestó Kitty.

Sólo ella sabía que la víspera, un hombre á quien amaba, había sido sacrificado por ella al ingrato Wronsky.

La condesa fué á buscar á Korsunsky, con quien debía bailar el cotillón, y recomendóle que invitase á Kitty.

Por fortuna para la joven, no le fué preciso hablar, pues su caballero, en calidad de director, pasaba el tiempo corriendo de una parte á otra para arreglar las figuras; Wronsky y Ana bailaban casi frente á ellos; Kitty los veía tan pronto de lejos como de cerca, cuando la llegaba á su vez de bailar, y cuánto más los miraba, persuadiase más de su desgracia.

Estaban solos, á pesar de la multitud, y en el semblante de Wronsky, por lo regular tan impasible, Kitty observó esa expresión singular de humildad y de temor que recuerda al perro inteligente cuando se cree culpable.

Ana sonreía, y el joven la imitaba; si reflexionaba al parecer, sus facciones tomaban una expresión seria. Una fuerza casi sobrenatural atraía las miradas de Kitty sobre Ana, que estaba deslumbradora con su vestido negro, sus hermosos brazos cubiertos de brazaletes, su bien torneado cuello adornado de perlas, y su cabello negro rizado, seductor en su