Página:Amor y Pedagogía.djvu/35

Esta página ha sido corregida
31
AMOR Y PEDAGOGÍA

porvenir... pedagogía sociológica... Y ¿cómo le digo que no? ¡Con qué cara le digo que no, yo, pobre de mí, Marina del Valle, á todo un don Avito Carrascal! Alguno había de ser, éste ú otro... pero don Avito... ¡don Avito Carrascal! ¿Cómo le digo que no? ¿Cómo se hace eso? Si viviera mi madre para aconsejarme... ¡pero Fructuoso, nada más que Fructuoso!» Al recordar á su hermano una ráfaga de aire frío le vuelve á la realidad, porque Fructuoso del Talle, tratante en granos y presidente del comité lopecista, es un saco del más barato sentido común.

Al recibir Carrascal carta de Marina, en que acepta ésta las relaciones que aquél le ha propuesto, se dice: «¡la ha copiado de algún manual!» y se satisface. ¿No es el copiar lo propio del instinto, de la naturaleza, de la materia? La carta dirá lo que quiera, ¿pero los ojos...? ¡Oh, los ojos! Estos sí que al copiarlo todo no copian nada; son absolutamente originales, con clásica originalidad, que de plagios se mantiene.

Procúranse una entrevista en que Avito se propone estar masculino, dominador, cual cumple á la ciencia, y domeñar á la materia al punto.

— Me hace usted mucho honor, don Avito...

— ¿Usted? ¿don? háblame de tú, ¡Marina!

— Como no tengo costumbre...

— Las costumbres se hacen; el hábito empieza por la adaptación; un fenómeno repetido...