Página:Amor y Pedagogía.djvu/12

Esta página ha sido corregida
8
PRÓLOGO

que otra delicadeza anegada en un flujo de conceptismo. Diríase que el autor, no atreviéndose á expresar por propia cuenta ciertos desatinos, adopta el cómodo artificio de ponerlos en boca de personajes grotescos y absurdos, soltando así en broma lo que acaso piensa en serio. Es, de todos modos, un procedimiento nada recomendable, aunque muy socorrido.

A muchos parecerá esta novela un ataque, no á las ridiculeces á que lleva la ciencia mal entendida y la manía pedagógica sacada de su justo punto, sino un ataque á la ciencia y á la pedagogía mismas, y preciso es confesar que si no ha sido tal la intención del autor — pues nos resistimos á creerlo en un hombre de ciencia y pedagogo — nada ha hecho por lo menos para mostrárnoslo.

Parece fatalmente arrastrado por el funesto prurito de perturbar al lector más que de divertirle y sobre todo de burlarse de los que no comprenden la burla. No sabemos bien por qué un hombre serio en su conducta, que ocupa una posición y que ni hace ni dice nada que se salga de los términos corrientes y ordinarios, padece de una morbosa manía contra las personas graves y aborrece tanto á los que no se salen nunca de su papel y adoptan siempre un continente severo. Acostumbra decir que todo hombre grave es por debajo tonto de capirote, y. no tiene razón en esto.