Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/87

Esta página no ha sido corregida
— 83 —

que jamás pierdo el tiempo en discurrir contra los hechos establecidos. Recapitulemos: el general Rivera no quiere marchar de acuerdo con el gencral Lavallo; no se podrá conseguir que se efectúe una operación combinada sobre Buenos Aires; una batalla se ha perdido; la opinión del general Lavalle es de invadir la provincia de Buenos Airos; no son éstos los hechos?

—Verdaderamente.

—Entonces, yo os digo que es necesario trabajar en el ánimo del general Lavalle para persua dirlo á que invada Buenos Aires por el punto más próximo á la ciudad; que marche sobre ésta inmediatamente que no se distraiga en la provincia sino el tiempo necesario para deshacer las pequefias fuerzas que tiene Rosas en ella; que ataque la ciudad y juegue allí la vida ó la muerte de la patria: la reacción será operada por la audacia misma de la empresa; y yo ne comprometo, con cien de mis amigos, á ser de los primeros que salgan á las calles á abrir paso á las tropas libertadoras, óá apoderarse del parque, de la fortaleza, o de la plaza que se indique.

Sois un valiente, señor Bello dijo el señor Martigny apretando la mano de Daniel,—pero vos sabéis que mi posición oficial me impone una circunspección tal en estos momentos indecisos, que para una operación así, sólo podría dar mi opinión privada al general Lavalle. Puedo, sin embargo, hacer más que esto: hablaré con algunas personas de la comisión argentina, y si, como ya lo creo, la batalla se ha perdido y el general Lavalle se decide á invadir la provincia de Buenos Aires, yo sostendré con vuestra opinión las ventajas probables de un ataque rápido sobre la capital.