Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/43

Esta página no ha sido corregida
— 39 —

jeres, como frívolo y enamorado solamente, cosas de gran valor entre ellas, y á los ojos de los hombres como un joven que preparaba su inteligencia para ser útil algún día á la santa causa de la Federación.

Una y otra, pues, conversaban con interés, si no con amistad, cuando Daniel se llegó a su prima, y el coronel don Mariano Maza á la señorita Manuela, á tiempo también que se paraba delante de las dos jóvenes el redactor de la Gaceta y comandante de serenos don Nicolás Mariño.

Un vals empezaba.

El coronel Maza presentó su mano á la hija de su gobernador, y ésta la aceptó y levantósc en el acto: estaba comprometida para ese vals.

El redactor de la Gaceta quiso imitar la pantomima de Maza: estiró la mano hacia Amalia balbuciendo algunas palabras.

Daniel, sin hablar una sola, tomó de la mano á su prima, la levantó, y dándose vuelta hacia Mario, que permanecía con la mano estirada, le dijo con la sonrisa más diplomática del mundo:

—Está comprometida, señor Mariño.

Y como el anuncio no tenia contestación, el redactor se quedó en su puesto mientras los primos so colocaban entre las parejas del vals.

Dos de ellas quedaron al fin dueñas del campo:

Florencia y su compañero, Amalia y Daniel.

Florencia y Amalia cran, más bien que dos mujeres, dos ángeles que volaban rozando la tierra con sus alas.

Florencia radiante, animada.

Amalia tranquila, impulsada por la voluptuosidad de la música y del movimiento.

Una y otra sostenidas en el brazo de su compa-