Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/288

Esta página no ha sido corregida
— 284 —

Qué más, señor Victorica?

La Sociedad Popular despeche patrullas armadas todas las noches, sin conocimiento de la Policía.

—Apunte usted todo eso, señor don Cándido.

—En el momento, Excelentísimo Señor Gobernador delegado contestó el secretario.

—Esas patrillas no toman el santo en la policía, y todas las noches hay conflictos entre ellas y las que salen del Departamento.

—Anote usted esa circunstancia, señor don Cándido.

—Inmediatamente, Excelentísimo Señor.

Una de las patrulles de la Sociedad Popular ha arrestado anocho i dos vigilantes de policía, porque no llevaban papeletas de socios restauradores.

—Que no se olvide eso, señor don Cándido.

—De ningún modo, respetable y Excelentísimo Señor.

—Cuatro panaderos se han presentado en mi oficina, anunciando que no podrán continuar la elaboración del pan, si no se les permite reducir su peso, por cuanto están pagando sueldos crecidisimos á peones extranjeros, porque los hijos del país han sido llevados de leva.

—Que hagan el pan más grande, y multa si no trabajan.

—La señora doña María Josefa Ezcurra solicita que se haga un nuevo registro en una casa que ya fué visitada en Barracas, y cuya dueña no está allí hace algunos días...

Lo pide por orden del señor Gobernador?

No, señor. Por orden suya.

—Déjese entonces de hacer rogistros. ¡Qué ga-