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Dispense usted, señor don Felipe, pero nic parece que está usted ofendiendo al Ilustre Restaurador y á todos los defensores de la federación.

Yo?

MELL

—Me parece que sí.

—¿Qué dice usted, señor don Bernardo?

—Digo que es ofender al Restaurador y á los federales, suponer que el cabecilla Lavalle pueda triunfar.

—Y¿quién dice que no puede triunfar?

—Lo dice Su Excelencia el Restaurador de las Leyes.

—¡Ah, lo dice ! > —Y no me parece que debe desmentirlo el Gobernador delegado.

¡Qué desmentirlo, hombre de Dios! Al contrario, si yo sé muy bien que Lavalle va á encontrar su tumba. Era que me ponía en el caso solamente.

De que triunfase?

Pues?

Ah eso es otra cosa dijo Victorica que realmente se estaba divirtiendo, aun cuando su seco y bilioso temperamento no se prestaba fácilmente á esas comedias.

—Eso cs, cso cs; así es cómo se entienden los hombres.

Y si fuera posible que nos entendiéramos también sobre algunos asuntos de servicio, habría llenado el objeto de esta visita.

—Hable usted, señor don Bernardo.

—El comisario de la tercera sección está gravermente enfermo, y necesito saber si puede desempeñar interinainente su cargo el comisario de la segunda.