Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/279

Esta página no ha sido corregida
— 275 —

Pero si nada sabía !—exclamó don Felipe abriendo tamaños ojos.

—De eso se trata, de que no supiera upted nada, y si usted le habla alguna vez de este asunto, conocerá cuán disguatado está Su Excelencia por aquella ignorancia.

—Oh! yo no hablo jamás al señor Gobernador sino de los asuntos que él me promueve.

—En eso se conoce el talento de usted, señor Arana.

—Y de este asunto me guardaré bien de decirle una palabra.

—Bien hecho.

No le parece á usted, señor Mandeville?

—Soy de la misma opinión del señor Bello.

Oh nosotros todos nos entendemos perfectamente dijo Arana, arrellenándose en la silla.

Y podríamos entendemos sobre el asunto que me ha traido á saludar á Vuestra Excelencia?

—preguntó Mandeville, Sobre la reclamación del súbdito inglés?

—Justamente.

—Si, podríamos, pero...

¿Por qué, señor? Es un asunto muy fácil.

—Pero como el señor Gobernador no está...

—Pero Vuestra Excelencia es el Gobernador delegado, y en un asunto tan sencillo...

—Sí, señor; pero, pero yo no puedo sin consultarlo.

Pero si esto no es de política; es un asunto civil; se trata de volver á un súbdito de Su Majestad una propiedad que le ha tomado un juez de paz.

—Lo consultaré.

— Válgame Dios!