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.22»tudiar, en fin, los efectos por que hemos pasado, »en las causas generales que los han motivado.

»¿Queréis patria, queréis instituciones y liberxtad, vosotros que os llamáis herederos de los re»generadores de un mundo? Pues bien; recordad »que ellos y la América toda, fué una asociación »de hermanos durante la larga guerra de nuestra »independencia, para lidiar con el enemigo común, »y asociaos vosotros para lidiar contra el enemigo »general de nuestra reforma social: ¡la ignoran>cia! contra el instigador de nuestras pasiones sal»vajes: el fanatismo político! contra el generador »de nuestra desunión, de nuestros vicios, de nues»tras pasiones rencorosas, de nuestro espíritu va»nidoso y terco: ¡el escepticismo religioso! Por»que, creedme, nos falta la religión, la virtud y la »ilustración, y no tenemos la civilización, sino sus >vicios.» Durante ese discurso, Daniel había levantádose poco a poco de su esierto, y como arrebatados por á la energía de sus palabras, todos los jóvenes habían hecho lo mismo. La última palabra se escapó de los labios del joven orador, y los brazos de Eduardo lo estrecharon contra su corazón.

—Mirad, señores—dijo Relgrano, paseando sus »ojos por la reunión de sus amigos, y conservando »su brazo izquierdo sobre el hombro derecho de »Daniel, mirad mi semblante, está bañado de lá»grimas, y los ojos que las vierten, habíau, con la »niñcz, perdido su recuerdo. Las adivináis? No.

»La scusibilidad de todos vosotros, está conmovi»da por las palabras de mi amigo, y la mía lo está »por el porvenir de nuestra patria. Yo creo en su >regeneración, creo en su grandeza y en su futura »>gloria; pero esa asociación que les ha de germinar