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»las víctimas están señaladas, y el momento tearrible se aproxima.

1 »No es una venganza espontánea; es una com»binación reflexionada para enervar, por medio del >terror, los esfuerzos del espíritu público, »Bien, pucs, si ese momento terrible nos cn>cuentra aislados, todos, no lo dudéis, señores, »vamos á ser víctimas de Rosas.

»Unidos, sistematizada nuestra defensa; solida»rios todos para la venganza del primero que cai»ga, ó suspenderemos el brazo de los asesinos ó »provocaremos la revolución, á podremos emigrar zen masa, cuando se pierda para todos la última ex»peranza de exterminar la tiranía, ó por último, »moriremos en las calles de nuestro país habien»do antes dejado una lección honrosa á las genera»ciones futuras.

»Asociados, una vez que tengamos en la provin»cia algunos de nuestros ejércitos libertadores, »que obran en Entre Ríos, ó que se organizan á la »>falda de la Cordillera, yo mismo haré cuanto esté »de mi parte por precipitar la hora de la San Bar»tolomé que se prepara. No os alarméis, mis ami»gos; en las revoluciones, toda combinación abor»tada da siempre un resultado contrario. Piensan »degollarnos después de haber aterrorizado nues»tro espíritu por medio de esa sostenida predica»ción de amenazas con que se nos saluda todos »los días desde la tribuna y desde la prensa; y si »yo logro que los puñales so alcen prematuramen»te y que en vez de encontrar un pueblo de indi»viduos atemorizados, se hallen con un pueblo »asociado y fuerte, yo habré entonces preparado »el terror para que obre su influencia sobre el áni-