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.5 —Sí, lo creo perfectamente. Pero, además de Amalia, irán otras personas de bu relación...

¡Oh! St, vamos al extranjero, Daniel, el aire de la parria mata á sus hijos, hoy nos sofoca.

—No importa; es nocesario respirarlo como se pueda, hasta haber perdido toda esperanza.

Pero, y si los sucesos se demoran mucho tiempo?

—No es posible.

—Nada más fácil de suceder, sin embargo. Un contratiempo cualquiera puede detener las operaciones de Tavalle, y entonces...

—Entonces todo se habrá perdido; porque la demora es la ruina para Lavallo, en el estado actual de las cosas —Pero, no, amigo, no estará perdido; y orque no lo estari, estaremos todos los días esperando que al siguiente entre Lavalle.

—Tio esperarán otros, pero yo no, Eduardo. El personal del ejército libertador es infinitamente inferior en número al de Rosas. Y los recursos de éste son en relación de mil á uno, comparados con los de nuestro bravo general. En favor de éste, pues, no hay més que la impresión moral que ha causado su inesperada presencia en la provincia, y los antecedentes casi romancescos de su valor personal, y del entusiasmo de sus jóvenes soldados. Pero, si el momento de esa impresión se pierde, todas las probabilidades estarán entonces en contra de la cruzada.

—Pero, bien, supongamos el caso de una prolongación de tiempo en la guerra; ¿cómo vivir entonces separado de Amalia tanto tiempo, Daniel?

Si llegara ese caso, la verías, peró no en BaFracas.