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sas, porque ha sido el primero que ha burlado una resolución suya en esta época—se decía Daniol.

2 —Está interesado Cuilião, y, por consiguiente, la Mazorca, porque con la cabeza de Eduardo dan una prueba de su celo, que fuć burlado por el valor de éste.

Está interesada doña María Josefa, por el espíritu endemoniado que anima sus acciones, cuando se obstina en labrar el mal que le han evitado por algún tiempo.

—Para todos, pues, Eduardo es un delincuente, puesto fuera de la ley.

F —Pero ese delincuente tiene sus cómplices. Esos cómplices son Amalia, los que rodean é Amalia:

yo, y quizá también la señore. Dupasquier y Florencia.

—¡Cómo conjurar, Dios mío, esta tormenta exclamaba Daniel en el interior de su alma, inquieto y con miedo por la primera vez de su vida, al considerar en peligro los seres más amados de su corazón.

Por un contraste original de la Naturaleza, los eorazones de voluntad poderosa, inconmovibles para los grandes arrojos en la lid de la política ó de las armas, suelen ser débiles en los inconvenientes de la vida intimna, tímidos hasta el afeminamiento eo los peligros que amenazan á los seres ligados á su vida por los vínculos del amor ó de la amistad.

Y Daniel, alma templada para arrostrar serena todos los azares de la vida política en una época de revolución y de sangre, 6. la netralla de un campo de batalla, sufria en aquel momento inquietud y temor por las personas cuya suerte ó cuya existencia peligraba...

—Pero, en fin, dejemos venir los acontecimien-