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— Cómo?—preguntaron á la vez todos los jóvenes levantándose de sus asientos, menos Eduardo que parecía sumergido en los misterios de su corazón.

34 —Vais á saberlo, señores; pero, despacio, no alcéis la voz, todavía no es tiempo de dar gritos en Buenos Aires.

«He dicho la verdad: el General Lamadrid, comisionado por Rosas para apoderarse del parque »de Tucumán, ha dojado que la revolución se apo»dere de él, y el 7 de abril se ha puesto sobre su »pecho la cinta azul y blanca de la libertad, y ha »pisado la ignominiosa marca de la federación de »Rosas.» Bravo! Bravol 1 —Silencio, silencio, señores; aquí tenéis este documento, oidlo:

¡LIBERTAD O MUERTE !

ORDEN GENERAL DEL 9 DE ABRIL DE 1840 «De orden del Excelentísimo Gobierno se reco>noce por General en jefe de todas las tropas de »línea y milicia de la provincia, al señor coronel »mayor, general don Gregorio Aráoz de Lamadrid, »y por Jefe del estado mayor, al coronel don Loren»zo Lugones, y Jefe de coraceros del Orden, al »coronel don Mariano Acha.» La explosión del entusiasmo fué espontánea.

No hubo gritos; no hubo vivas, pero las fisonomías hablaban, y los brazos pronunciaron discursos y juramentos. Daniel midió aquella escena con su inirada de águila: estaba entusiasmado, esta.