Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/150

Esta página no ha sido corregida
— 146 —

Póngala usted.

Palabra de honor —Palabra de honor.

146 —Pues bien; si yo doy con cierta cosa con que no ha podido dar Victorica, yo se la mendo á usted á su cuartel de serenos, y usted la recibe, ¿entiende usted?

& ¿A quién? A la vindita?

No, qué á la viuda!

—Pues á quién mandará usted á mi cuartel?

—A la cosa que ando buscando, y que espero hallar.

—¡Ah!

Entiende usted ahora?

—Entiendo contestó Mariño con una sonrisa indefinible, comprendiendo que se trataba de alguma víctima, pues que el hombre que entraba en su cuartel de serenos, no salía de allí sino para la eternidad.

—No digo? si hemos de ser inuy amigos, Mariño.

Hace tiempo que lo somos contestó éste Isvantándose.

—S1, y de todo corazón. ¿Conque se va?

—Y volveré, ¿cuándo?

—Dentro de cuatro d cinco días.

—Hasta entonces, pues.

—Adiós, Mariño, hasta entonces; memorias á su mujer, y no haga caso de las «zouceras» que le diga.

—Adiós, señora—le dijo el redactor casi admirado de no ver salir de aquellos labios sino palabras empapadas en algún veneno diferente.