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»trescientos pasajes, y esto después de los asesi»natos del 4 de mayo.

»Resulta, pues, que para el mes de julio, va»mos á tener cuatrocientos ó quinientos patriotas »de menos en Buenos Aires, y esto, después que »en los años anteriores de 38 y 39 han salido del >país las dos terceras partes de la juventud.

Entretanto, oid ahora el estado del ejército »libertador y de las provincias interiores, para po»der comprender mejor aquel hecho anterior.

»Después de la acción de Don Cristóbal, en que »se ganó la batalla y so perdió la victoria, el ejér»cito libertador se encuentra en las puntas del >Arroyo Grande, sitiando al ejército de Echagüe »arrinconado en las Piedras; todo esto, á pocas le»guas de la Bajada, y todas las probabilidades >parecen estar en favor del general Lavalle, en el >caso de una nueva batalla. Si él triunfa en ella, »cl paso del Paracá será la consecuencia inmedia»ta, y la campaña se emprenderá entonces sobre »Buenos Aires. Si él es derrotado, los restos de su »ejército vendrán á reorganizarse sobre el Norte »de nuestra provincia, pues tienen para el tránsi»to de los ríos las embarcaciones bloqueadoras; y »veis entonces que, en uno ú otro caso, la provin.

»cia de Buenos Aires está esperando al general » Lavalle.

1 »En las provincias, la liga se ha extendido como »un incendio. Tucumán y Salta, La Rioja, Cata»marca y Jujuy, ya no pertenecen al tirano; se »han proclamado contra él, y aprontan sus ejér»citos. El fraile Aldao no es bastante para sofo»car la revolución, y Córdoba se plegará al prime»ro que la amenace. Rosas tenía una esperanza »en Lamadrid; Lamadrid ya no le pertenece.»