Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/146

Esta página no ha sido corregida
— 142 —

sospechosa; que se fijase que de noche andaba gente vigilando la casa.

—¿Y cómo lo sabía su omisario de usted?

—Porque yo se lo dije.

—Pero usted, ¿cómo lo sabía?

Bah! porque yo lo conozco á usted, y desde que vi que usted tenía interés «políticoz eu ese asunto dijo doña Maria Josefa, inarcando irónicamente las últimas palabras,—me presumí que no se había de estar usted durmiéndose en las pajas.

—Prosiga usted—dijo Mariño, admirando en su interior la astucia de aquella mujer.

—Mi emisario dijo á la negrilla, pues, que la casa era sospechosa, que la vigilahan, y que si ella sabía alguna cosa, se congraciaría mucho conmigo viniendo á avisármela; pudiendo decir después que era más federal que muchas blancas que tratan de humillar á la pobre gente le color, sin prestar ningún servicio & la federación. La nogrilla no se hizo esperar; vino & verme, y, como si la cosa naciera de ella misma, me refirió cuanto sabía.

Y qué es lo que sabe?

—Que allí hay un hombre joven y muy buen mozo contestó doña María Josefa, poniendo de su parte aquellas cualidades para no perder la ocasión de mortificar al prójimo.

—¿Y bien?

Que es muy buen mozo; que se pasea por la quinta abrazado con la viuda.

Abrazado ó del brazo?

—Abrazado ó del brazo, no me acuerdo cómo dijo la negrilla. Que toman café juntos bajo de un sauce, que él mismo le tiene la taza para que lo