Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/130

Esta página no ha sido corregida
— 126 —

que quiere Juan Manuel; ¿no le parece que ésta es la verdadera federación?

vicio.

—¡Pues no, señora!

—Vivir sin que nadie los incomode para el ser—Pues.

—Y ser todos iguales, los pobres como los ricos, eso es federación, no es verdad?

—Sí, señora.

—Pues eso no lo quieren los salvajes unitarios; y por eso, todo el que descubre sus manejos ca un verdadero federal, y tiene siempre abierta la casa de Juan Manuel y la mía para poder entrar y pedir lo que le haga falta; porque Juan Manuel no niego nada á los que sirven á la patria, que es la federación; entiende, paisano?

—Sí, señora, y yo siempre he sido federal, —Ya lo sé, y Juan Manuel también lo sabe; y por eso lo he hecho venir, segura de que no me ha de ocultar la verdad, si sabe alguna cosa que pueda scr útil á la causa.

Y yo qué he de saber, señora, si yo vivo entre federales nada más?

—Quién sabe! Ustedes los hombres de bien se dejan engañar con mucha facilidad. Dígame, ¿dónde ha servido últimamente?

—Ahora estoy conchavado en la cochería del Inglés.

—Ya lo sé, pero antes de entrar en ella, dónde servía?

—Servía en Barracas, en casa de una señora, viuda.

—Que se llama doña Analia, ¿no es verdad?

— Si, señora.

—¡Oh, si por aqui todo lo sabemos, paisano!