Página:Amalia - Tomo II (1909).pdf/106

Esta página no ha sido corregida
— 102 —

esa invasión, sea que ellas pisen la provincia victoriosas, ó derrotadas. Si no sois vosotros, no só quiénes pueden tener influencia hoy en las resoluciones del general Lavalle, y pues que de esta campaña depende la vida de nuestra patria, yo creo que no perderéis un momento en poner en acción vuestra alta inteligencia, en el sentido que la actualidad lo reclama. Perdonad, señores, que os hable así, pues debéis creer que sólo el sentimiento de la patria me da el valor necesario para emitir una opinión delante de vosotros. .

El señor Varela estaba encautado, sus ojos y su fisonomía tan dulce y expresiva, reflejaban la admiración y el contentamiento, más por la animación y la elocuencia de su joven compatriota, que por la novedad de sus ideas.

El señor Martigny se restregaba las manos, contento intimamente.

El señor Agüero había alzado dos veces su altiva frente para mirar á aquel joven que no era unitario y que osaba emitir tan libremente sus opiniones, marcándole, al parecer, la línea de conducta que le convenía seguir.

—Señor Bello—dijo Varela, el general Tavalle obra en campaña según sus ideas, según sus planes militares; ¿qué quiere que le digamos nosotros desde aquí?

¡Oh! señor, las guerras más complicadas del mundo, las campañas más difíciles y peligrosas, se han concebido y dirigido, muchas veces, desde el fondo de los gabinetes, por hombres que jamás tuvieron en sus manos otra cosa que una pluma respondió Daniel, dudando de que la contestación del señor Varela tuviese alguna reserva