Y si Santa Coloma la consiguo, usted me lo avisa?
—¿Cómo no?
—Porque hay esto: es necesario quo yo vaya, para evitar que, en medio del entusiasmo federal, vayan á tocar los papeles del consulado.
—¡Ah!
—Porque entonces, sí, el Restaurador se enojaría por los compromisos que eso traería al pais, ¿ entiende?
—Sí, don Daniel.
—Pero, aunque Santa Coloma reciba la orden, yo soy de opinión que esperemos á que haya más; ; allá para el 8 ó el 9.
—Cabal, pues es mejor.
¡Qué golpo, comandante !
—Todos lo estamos deseando.
De manera que todos lo saben?
—Todos; pero mientras no haya orden, no nos atrevemos á nada.
—Hacen bien; cso es ser federal.
—Pero, sabe lo que hemos pensado?
—Diga, comandante.
—Vamos á poner emboscadas alrededor de la casa desde esta noche.
—Bien pensado; poro tengan cuidado de uma Cosa.
Qué?
—No vayan á detener ningún coche. Paren no más que á los que vayan á pie.
Y por qué no los coches ?.
—Porque pueden ser los del cónsal, y á éstos no se puede tocar.
—¿Y por qué?