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XII

LA LEY DEL HAMBRE

Es imposible dar á conocer, en los rasgos fugitivos del romance, la situación pública de Bucnos Aires, después de la retirada del ejército li bertador.

El espíritu no volvía en sí del pasmo que le había causado esa noticia; y una lucha febricitante entre la esperanza y el desengaño lo agitabo terriblemente. Todavía se esperaba, en cada semana, en cada día que pasaba, la vuelta del general Lavalle sobre Buenos Aires, después de haber triunfado de López. Y esta esperanza era sostenida por los periódicos y por las cartas de Montevideo, que llegaban de contrabando dos ó tres veces por semana.

Esos periódicos, escritos con una pasión y un entusiasmo, con una perseverancia y una imaginación que sólo se hallan en rarisimas épocas de la vida de un pueblo, caían como hierro candente en el espíritu que se enfriaba. Y sobre hechos falsos, sobre detalles inventados, sobre conjeturas irracionales, se formaban, sin embargo, en uchos una fe positiva, una esperanza robusta.