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tares, y burlando y hostilizendo día por día cuanta mejora industriel, ouante disposición y cuanto hombre llega de las ciudades á la campañíawwww.

Sin estas condiciones principales es inútil pensa en acaudillar á los gauchos; pero el que las poseo y sabe ostentarlas á tiempo, ese es su caudillo, que los conduce y hace de ellos lo que mejor le place !

Ese es el gaucho, y su importancia social y polftica se comprende en nuestra revolución con pasar la vista, como un relámpago solamente, sobre el immenso cuadro de nuestra historia.

Las Provincins del Río de la Plata habían llegedo á ocupar en la América una extensión y una importancia tal, que, cuando Carlos III se ve forzado á repeler de nuevo con las armas las pretensiones de los portugueses en ellas, y aconsejado á nombrar jefe de la expedición que debía salir de Cádiz al teniente general don Pedro Cevallos, cree de oportunidad y de conveniencia poner su real sello en la cédula que erigíe en virreinato las provincias del Rio de la Plata, Paraguay, Tucurán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y las lindantes de Mendoza y San Juan, creando por su virrey al mismo teniente general Cevallos, que recibe dicha cédula de erección, fechada en San Ildefonso el 1. de agosto de 1777.

Ya tenemos, pues, descubierta, conquistade, poblada y constituida en virreinato español esa hormosa región de la América meridional, donde la Providencia había decretado la iniciación y complemento de la grande obra que había imaginado en su inefable idea, para la reivindicación de la humanidad ultrajada y de los magníficos destinos