Página:Amalia - Tomo III (1909).pdf/216

Esta página no ha sido corregida
— 212 —

cia, de andar tras los pasos de un muchacho alocado.

—¡Es ocurrencia !

—Un muchacho que anda de aquí para allá como un saltimbanqui, y que en realidad no se te conocen más relaciones que federales.

Y quién es, scñor Victorica?

Una visita de aquí mismo.

De aquí? ¿Y orden de perseguirlo?

—Si, señorita.

Pero, quién es?

—Bello.

— Bello !—exclamó Manuela, que sentía, uns sincora amistad por el joven.

—Sí, á nombre del señor Gobernador—prosiguid Victorica.

—Oh, no puede ser!

—Sin embargo, así me lo ha dicho personalmente doña María Josefa.

—6 Prender á Bello?—repuso Manuela,—vainos, repito que es imposible. Tatita no puede haber dado semejante orden. Bello es un excelente joven; es un buen federal, y su padre es uno de los amigos más antiguos del mio.

—No so me ba dicho que lo prenda, sino que lo vigile.

—Es quizá uno de los pocos hombres sinceros que nos rodean—agregó Manuela.

—A mí no me parece malo. Pero debo decir que tiene muchos enemigos, ó enemigos muy poderosos.

—Señor Victorica, no dé usted paso alguno contra ese señor, si no recibe orden expresa de tatita.

—Si usted lo dispone asf...