Página:Amalia - Tomo III (1909).pdf/17

Esta página no ha sido corregida
— 13 —

.

1 grados. De esas balleneres, sin embargo, ninguna fue echada á pique por las tres grandes baterías de la costa; y los artilleros de Rosas se contertaban con ver los estragos que hacíar los proyectiles en las agitadas olas del gran río.

Esta vez la embarcación francesa sobre la que la batería del Retiro había hecho sus cinco tiros, fuoso por jactancia del oficial que la mandaba, d fuese que para ello traía órdenes, habíase aproximado, á favor de la creciente del río, casi á tiro de fusil de la Capitanía del Puerto, quedando, por consiguiente, bajo los tiros de la fortaleza y de la batería del Retiro.

Toda la gente se epiñó sobre las toscas del desembarcadero, el peor de todos los de este mundo, porque no han querido hacerlo bueno.

—Vionen pasados—decían unos.

—1A degüello con ellos en cuanto bajen!—exclamaba Tarrazábal.

—El anteojo—gritaba Jimeno desde las toscas á los oficiales de la Capitanía del Puerto.

—¡Es desembarco l—gritaban otros.

—Campo, que van á hacer fuego las bateríasdecía desde su caballo un socio popular que domi naba con su talla toda la multitud, de á pie, do á caballo y de las carretas.

La ballenera, entretanto, abrió de repente la vela tiriana, á doscientes varas de la orilla del agua, y quedó á la capa con sus remos.

Todos estaban á la expectativa.

Pero no era la ballenera sola el objeto de la mirada universal.

A cincuenta varas de la arena sobresalía del agua la negra y lustrosa superficie de una gran tosca, donde no se podía llegar sin haber atza-