Esta página no ha sido corregida
— 128 —
»me pidas que te siga... No puedo... Frío como un cálculo, mi destino está hecho. Estoy clavado » Buenos Aires, y... pero nos hemos de ver »pronto, dentro de ocho, dentro de quince días, » lo más. Es un siglo, no es verdad? No im»porta; en la nube, en el aire, en la luz, tú me »conversarás, Florencia, y yo recogeré tus pala>bras en el adoratorio de tu imagen: en mi alma.
»; Me complacerás?
.
>Madame Dupasquier nada te niega.
»Y yo no te he pedido jamás nada sino por tu »felicidad y por la mis.—Daniel.» El joven cerró esta última carta, la puso en sn pecho, y esperó el día para darle dirección con las otras.