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contrado & nadie entre los olivos, que se ha bajado, que ha buscado algún rastro, que ha encontrado frescas huellas de caballos que acaban de tomar la dirección que ét leva, y que sigue por ella á convencerse de su presunción.

J En seguida volvieron a la sala, y no haría diez minutos que estaban en la puerta que daba hacia el rio, cuando divisaron á Fermín que venia volando por la playa. Subió la barranca á trote largo y vino á desmontarse delante de la puerta.

—Ahí van, señor—dijo con esa indolencia característica del gaucho.

Cuántos?

14 —Tres.

Por qué camino?

—Por el de arriba.

—Has distinguido los caballos?

—Sí, señor.

Conoces alguno?

—Si, señor.

—A ver.

—El que iba delante es el picazo de galope trabado, que monta el comandante Mariño.

Amalie, miró sorprendida á Eduardo y á Dariel.

—Bien: baja los caballos á la orilla del río.

Fermin se retiró llevando el suyo de la brida.

— Pero qué? ¿se van?—preguntó Amalia.

—Sin perder un momento le respondió su primo.

—¿Y cómo la dejamos sola, Daniel?

—Fermín se quedará, y él y Pedro nos responderán de ella.

—Yo debo acompañar esta noche al jefe de día; y tú dormirás en mi casa.