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Alternativa Feminista

GRUPO DE HOMBRES

Relato de una experiencia

Hace un par de años, en una población del Estado Español, un grupo de hom- bres que osciló entre los cinco y los siete estuvo reuniéndose para reflexionar sobre la vida cotidiana, sin un programa con- creto, aungue grabando las conversacio- nes,

(. . .) Los componentes del grupo osci- laban entre los veinticinco y treinta y cinco años, se situaban políticamente a la izquierda del PC, ninguno de ellos mi- litaba en partidos, podían ser calificados en algún sentido intelectuales y cuatro de ellos estaban o habían estado vincula- dos sentimentalmente con mujeres femi- nistas.

“Creo recordar que yo era partidario de que el grupo fuera solo de tíos. Qui- zás precisamente porque me entiendo mejor con las mujeres y pensaba que era bueno tratar no de mejorar mi relación con los tíos en general sino de confron- tar experiencias y sentimientos con un grupo reducido de tíos que me cayesen inequívocamente bien, como era el caso. Este es un punto importante. Se trataba Ce personas muy concretas con respecto 2 las que yo sentía algún tipo de sensa- ción de que quería ser más amigo de ellos, Aunque quizá también con una fran pereza. Para mí era muy explícito el influjo de los grupos de identidad fe- menina, aunque tampoco se tratase de prejuzgar por donde iba a ir el grupo. De hecho pensaba al principio discutir ex- presamente algunas cosas que tenía escri- tas sobre hombres y mujeres, pero no vi el ambienta nennicio y zemmté, creo que

de buen grado, que la cosa fuese buenz2- mente por donde su propia dinámica in- dicase.

(- . .) Con todo, para mí fue bueno el juego de ““a mi me pasa esto, ¿te pasa es- to a ti?” Recuerdo con especial agrado las primeras reuniones, cuando nos con- tábamos nuestras iniciaciones y primeros problemas sexuales y cuando vimos haste qué punto habíamos sido adolescentes masculinos típicos o atípicos.

Estoy a favor de reuniones de mujeres, de hombres, específicamente de homose- xuales en general, de varones gay, de les- bianas y también de las reuniones mixtas. He hecho esfuerzos por comprender a quienes propugnan sólo las mixtas pero no consigo eliminar mi sospecha de que hay prejuicio, trauma, o más incompren- sión del problema de la que parece. Para saber lo que nos pasa a los tíos y lo que les pasa a las tías tan imprescindibles son las reuniones específicas como las mix- tas. Pero además es que las de las tías y las de los gays tienen prioridad en el as- pecto en que son reuniones de oprimidos. Lo digo sin complejos progres. Y esto es gordo: se entiende o no se entiende n2- da. Me reafirmo: mucha farolada mascu- lina, mucho complejo de rechazo o aban- dono, mucha prisa temerosa por caute- rizar heridas precipitando síntesis. De acuerdo en que esto lo tenemos que arre- glar entre tíos y tías, pero hasta que las tías no se han reunido por su cuenta los tíos no se han quejado de patriarcado si- no de las tías,

Comprendo que esto de reunirse por separado mosquea los cónyuges. Pues elaro. Pere eso no me hace desconfiar le

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