C/U: Con los hombres amigos míos ha- blamos de estos temas. No tenemos toda- vía una respuesta, vamos detrás de los acontecimientos. Pero si uno quiere ver- dadera y permanentemente crecer a par- tir de la contradicción, es necesario se- guir yendo detrás de los acontecimien-
“tos, y no dejar de asombrarse por lo que pasa. Es un sufrimiento rico, un sufri- miento que te hace crecer.
A/F: ¿En qué nos diferenciamos, hoy en día, las mujeres de los varones?
C/U: Yo creo que cada vez en menos as- pectos, cada vez hay menos diferen- cias. Sin embargo, junto con la extin- ción de esas diferencias, en una socie-
dad restrictiva, moralista y cerrada en.
muchos aspectos como la nuestra, sur- gen reacciones que se oponen a que la mujer adquiera esta libertad cuando se dá cuenta que puede elegir su sex:alidad, el modo de conducir su sexualidad por la. vida.
A/F: ¿Antes como era?
C/U: Me parece que antes era una cosa más controlada, más sometida a los de-
¡ signios y a los mandatos del medio, de la familia, de la religión. Ahora algunas de esas cosas han perdido valor, significado histórico. Esos valores se han pulveriza- do.
¡ A/F: ¿Vos creés que los hombres vivían
- mejor su sexualidad que las mujeres?
C/U: El hombre era el dueño de la situa- ción. El estilo de la sexualidad estaba | dictada por el hombre. En algunas pare- jas mayores ocurren cosas notables: mu- jeres que no sólo nunca han tenido orgas- . mos, sino que ni siquiera han oído hablar del orgasmo. La madre de un amigo mío
Alternativa Feminista creía que orgasmo quería decir órganis-! mo.
Ahora al hombre se le mezclan mu- chas cosas al ver, al percibir que la mu- jer ajena o propia tiene una sexualidad libre, que ya no es de su pertenencia.
A/F: Y hay resistencias para aceptar las nuevas situaciones.
C/U: Claro, pero creo que hay un esfuer- zo. El hombre está teniendo la necesidad de reconocer que ha habido cambios que ” han ayudado a modificar y mejorar la si- tuación de la mujer en la sociedad. Posi- ción que mejora y se modifica a expen-' sas de otras situaciones establecidas que gozaba el hombre. !
En los trabajos, en la interna de las parejas, en la posición, en la resonancia ' de la mujer en la sociedad, ahí se advier- | ten ya los cambios. Esto lleva, ineviiable-' mente, en primer término, a una actitud - de sorpresa, y luego de resistencia. Uno se resiste.
Lo que intento explicar es que lo no- vedoso que está ocurriendo no ocurre en los hombres, más bien nosotros andamos a los tumbos, tratando de reacomodar- nos porque el sopapo ha sido fuerte.
A/F: ¿Cuáles son los campos donde es más intensa la discusión entre hombres y mujeres?¿Dónde más se está peleando la transformación? Por lo que una escucha por ahí, uno de los puntos más discuti- dos es la distribución de las tareas do- - mésticas. ¿Será porque es el más obvio?
C/U: Yo creo que están peleando en to- dos los sectores. Aunque creo que el más importante es el que tiene que ver con las elecciones de la mujer, con que ella ahora pueda decidir y llevar ade- lante sus decisiones.
Además, lo más novedoso y revulsivo al mismo tiempo es que todo esto se da,
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