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SEXUALIDAD


Comenzaremos esta sección problematizando la concepción que nuestra so- ciedad tiene de la sexualidad femenina. Los trabajos presentados se centran en un punte común: la falta de denominación para nuestros órganos genitales. Refle- xiones acerca de la sin nombre han surgido de la experiencia de talleres de sexuali- dad femenina. Los interrogantes planteados pueden desprenderse, también, de una atenta lectura de la segunda parte de esta sección. Estas entrevistas fueron realizadas a tres generaciones de un núcleo familiar.

REFLEXIONES ACERCA DE LA SIN NOMBRE

SARA TORRES

— Mamá, ¿por qué Pablito tiene pito y yo no tengo nada?

— Porque Pablito es varón y todos los varones tienen.

— Las nenas hacen pis por la colita de adelante.

— Me molesta “abajo”.

— No te toqués, te podés infectar.

¿Cuántas veces hemos escuchado diálogos o frases como las anteriores? ¿A qué se debe esa negación de la vulva?

Los varones cuentan con muchísimos sinónimos para denominar sus órganos sexuales, y aprenden a sentirse orgullosos de sus genitales; hasta la picardía con que se los nombra les indica que es algo valioso, especial; aprenden a quererlos co- mo una parte muy importante de sí mismos.

Las nenas descubren que “esa parte”, no mencionada o mencionada con nombres despectivos, no es digna de ser nombrada, y menos querida. A diferencia de los varones, a las nenas no se les enseña a explorarse, a conocerse, a descubrir sus sensaciones. Es común escuchar conversaciones entre las jovencitas acerca de apósitos, tampones, desodorantes, es decir, de cómo ocultar las señales de la mens- truación.

Pero de sensaciones placenteras no se habla. Nadie le hablará de los múscu-

“los de la vagina, de cómo contraerlos o relajarlos, de cómo jugar con ellos; su vulva y sus músculos se vuelven pasivos, hasta se llegan a atrofiar, recién tendrá concien- cia de ellos en los cursos de preparación para el parto. Crece pensando en cómo ocultar, vigilar, ese agujero feo, sucio y maloliente (la industria perfumera agrade- cida). ¿Alguien conoce un desodorante para testículos?

En la adolescencia aparecen otros mandato:

— No dejés que te toquen hasta el matrimo

uidá tu virginidad, que es tu don más preciado.

— Si consiguen que te entregues después te dejan.

¿Cómo es esto? Antes era negada y ahora es valiosa si no se usa. Esa parte