Página:Alternativa Feminista 1.djvu/13

Esta página no ha sido corregida

+ Dios y la naturaleza dieron a la mujer diversas labores que perfeccionan y complementan la obra encargada a los hombres. (Juan XXIID



Obviamente, las definiciones no se agotan aquí pero éstas, creo, sirven para demostrar hasta qué punto este “malentendido”, prolijamente instaurado en nuestra sociedad, ha ido despertando recelos y distanciamientos entre nosotras. Fenómeno que no ha hecho otra cosa que agudizar la actitud defensiva que la cultu- ra nos fabricara ya desde la niñez/adolescencia, al señalarnos (sutil o abiertamente) a nuestras amigas y/o compañeras como verdaderas rivales, en las que no debíamos confiar demasiado. Sin embargo, esta misma cultura, ha fomentado intensamente la camaradería entre varones, elevando este vínculo al rango de sublime, como bien lo atestigua la literatura de todas las épocas.

'Las que lo son, pero no quieren saber nada


Quiero que quede en claro que no es necesario repartir panfletos, acarrear "pancartas o escribir una nota como ésta para ser feminista. Cualquier mujer que ejerza o intente ejercer sus derechos comparte, quiérase o no, nuestros objetivos.

Por cierto que los caminos para acceder a la igualdad entre los seres nunca resultó empresa fácil, y menos aún para las mujeres, quienes, en su mayoría, adole- cen de grandes miedos poderosamente enquistados. Uno de ellos, el más extendido, es el temor a no gustar. Especifiquemos: a “no caerle bien al varón”. Y reconocerse feminista no es una identidad que lo haga precisamente feliz.

Sin duda, las profundas contradicciones que manifiesta, a menudo, la mujer,

nacen precisamente del conflicto entre sus propias ganas/creencias/actitudes y su miedo a darle un nombre a todo eso. Asumirse en plenitud significa para estas mu- jeres (liberadas en muchos otros aspectos) correr el riesgo de perder la aprobación 'masculina, algo que, presienten, las convertirá automáticamente en parias. He aquí su encrucijada. ¡ Obviamente, el deseo de construir nuevas pautas de relación entre los sexos |y, consecuentemente, satisfacer necesidades que nos son propias (desembarazándo- ¿Nos, de una vez por todas, del nefasto “qué dirán”) implica no sólo una alta dosis de ¡coraje sino también de honestidad para con una misma. Claro que la dignidad que

podemos adquirir ante nuestros propios ojos bien vale la epopeya, ¿no creen?.

MÍA

Leonor Calvera

EL GENERO MUJER * CLASES DE COCINA NATURISTA

T.E.: 58-5178 Editorial BELGRANO