Página:Almanaque sudamericano 1902.pdf/34

Esta página ha sido validada
29
Almanaque Sud-americano

Flor limense

Contaba apenas diez lustros de existencia la Ciudad de los Reyes, cuando en el último tercio del siglo xvi brotó en su suelo una flor incomparable, llamada á darle un timbre de gloria y á embalsamarla con el delicioso perfume de la virtud.

Desempeñando el humilde empleo de individuo de la guardia real se hallaba á la sazón en Lima el arcabucero don Gaspar Flores, natural de Puerto Rico, unido por los lazos del matrimonio á doña María de la Oliva, limeña de nacimiento. El 20 de Abril de 1586 vió la luz el undécimo fruto de esta unión, predestinado á ser Rosa de Santa María, patrona del Perú y de las Américas.

Signada el 25 de Mayo del mismo año en la pila bautismal de la parroquia de San Sebastián, púsosele por nombre Isabel, á iniciativa de su abuela materna, Isabel Herrera. Bien poco debía durarle, por cierto, este nombre.

El Todopoderoso, no satisfecho con él, quiso variarlo, merced á una feliz casualidad.

En el rostro de la futura santa apareció una mañana todo el candor, colorido y delicadeza de una rosa entreabierta, en presencia de todas las personas que componían la modesta familia del obscuro soldado, y María de la Oliva, á impulso de secreto y misterioso mandato, proclamó entonces á la infanta como Rosa de Santa María, nombre místico y expresivo, que la historia ha conservado para la criatura que, poco más tarde, debía admirar al mundo por su invencible constancia en la virtud y su nada común desprecio por los falsos halagos y frivolidades de la vida mundanal.

Corrieron los primeros años de la santa en medio de la