Página:Almanaque sudamericano 1902.pdf/23

Esta página ha sido validada
18
Almanaque Sud-americano

El caracol y la oruga

A la distinguida señora
D.ª Irene Cuyás de Dhors


LOS pies de usted, señora oruga!

—Beso á usted los cuernos, señor caracol!

—Me alegro de verla á usted tan de mañanita en sus verdes matas...

—¡Galante es el molusco!

—El... ¿cómo ha dicho usted?

—Molusco... ¿no ha sido usted clasificado entre ellos?

—¡Bah!, motes que nos ponen los sabios.

—¿Y qué mira usted con tanto deleite, que se le cae la baba?

—Aquella rosa encarnada, que se ha abierto al nacer el día y que parece haber empapado sus brillantes pétalos en la luz de la aurora...

—¡Calle!, ¿es usted poeta?

—Debiera usted haberlo sospechado, al ver mi vida arrastrada...

—¡Ay, también me arrastro yo! Mientras mis hermanas, las mariposas, andan de gran toilette y lucen por ahí deslumbradores trajes de raso, yo me veo en la última miseria y expuesta al pico de algún gorrión famélico...