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libro 2.º—capítulo i.—§ 2.º

de los sacrificios realizados en su primer periodo. Más tarde, Italia elevó el número de 4 al de 89, que son los Institutos técnicos que contaba en 1875, siendo 1.173 el número de profesores de estos establecimientos, y 7.575 el de los alumnos.

De Suiza, cuyas Universidades gozan de gran renombre, así como cuentan entre sus profesores algunos de celebridad universal, bastará decir que el pequeño cantón de Ginebra, en el cual solo hay 100.000 habitantes, puede gastar 500.000 francos en su Universidad.

Y si se trata de Inglaterra, cuyo sistema de enseñanza ofrece singularísimas diferencias con los del continente, la serie de innumerables palacios que se suceden en Oxford y Cambridge, ciudades convertidas en Universidades espléndidas, siquiera por este fausto y magnificencia, son como manifestación del respeto y acatamiento que debe tributarse á la cultura espiritual.

Poco diré de Alemania, por ser muy conocido cuanto concierne á este emporio de la ciencia moderna, cuyo organismo universitario es el primero del mundo, con los 1.215 profesores de su Facultad de Filosofía (Letras y Ciencias), en la cual, forma parte esencialísima la Matemática, llevada hasta los dominios de la filosofía, y siendo ensalzada continuamente con nuevos descubrimientos de que rebosan, no solo las obras que brotan de aquel activo foco del saber, sino de sus numerosos periódicos destinados exclusivamente á estas ciencias, como acontece también en Francia, Austria, Italia, Inglaterra, Suecia, Bélgica, Portugal, etc., donde los periódicos de ciencias, matemáticas, físicas, etc., cuentan con público capaz de sostenerlos.

Y de Francia podremos citar el desprendimiento por el que, hace más de 20 años, persuadida de la importancia de los estudios científicos, para la prosperidad nacional, destinó 18 millones de francos á mejorar las enseñanzas de sus Facultades de Ciencias, distribuyéndolos en instalación de las mismas, en gabinetes, labotorios, bibliotecas, etc., y asignaciones al profesorado de sus 16 Facultades, dando, con este extraordinario sacrificio, nueva vida á dichas Facultades y á las letras, que constituyen el poder central, el pensamiento y el alma de las Universidades. Estas Facultades, que en 1877 contaban con 150 y 100 alumnos respectivamente,