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forma externa de la enseñanza

tesis del doctorado, análogas á las que se publican en el extranjero. Cierto es que en nuestros programas no existen las elevadas teorías, objeto de dichas tesis, ni en nuestros procedimientos, el carácter educativo que aquéllas exigen.

Una reforma importante fué la introducida por el Sr. Conde de Romanones al suprimir los exámenes por Tribunal de los alumnos oficiales, reduciéndolos á un examen, por el solo profesor de cada asignatura. De este modo, el curso tendrá por exclusivo objeto el aprender la ciencia y no el programa. El alumno, libre de la preocupación del examen, se dedicará, tanto á la teoría como á las prácticas de la clase, preocupado tan solo en aprender cada vez más, sin apelar á la memoria, ese artificio pernicioso; porque sabe que no necesita recordar, sino comprender y asimilarse lo del momento; y porque, con su labor de cada día, responde á lo que se le exige; y el resultado ha de corresponder á la suma de sus actos parciales.

Además, por cierta inexplicable ley, se asimila á nuestra inteligencia con más fuerza, aquéllo que aprendimos con más naturalidad, no con apresuramientos ó artificios, sino por la natural atracción de la inteligencia con su objeto. Uno de los principales fines de la enseñanza matemática es habituar al alumno á emplear acertadamente su inteligencia; por esto el trabajo, algo pausado de la asimilación, debe aventajar al de la adquisición prematura y desmedida. La solidez es preferible al relumbrón; porque, en este caso, las huellas de la enseñanza desaparecen, al mismo tiempo que las ráfagas de un examen aparatoso. El espíritu de meditación es opuesto á la verbosidad. Esta es más veloz que aquél; pero también más pasajera.

Sin la preocupación de examinar á sus alumnos, por su parte, el profesor se halla libre de la responsabilidad en que incurre, por detenerse demasiado en los puntos culminantes de su asignatura, al no serle posible recorrer por igual todas las cuestiones del programa, cuando además éstas no son de la misma importancia para el buen aprovechamiento; pues en todas las ciencias hay puntos de parada, donde el espíritu debe concentrarse, para condensar multitud de conocimientos útiles.

El programa es un todo homogéneo; la ciencia es heterogénea.