EN LA MUERTE DE CAROLINA.
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(Imitación de Fr. Luís de León.)
lma celeste y pura
Que en el empíreo cobras nueva vida:
¡Cuánto en fiera amargura
Con tu cruel partida
Dejas ¡ay! á la mía sumergida!
¿Para qué te miraron
Los ojos? Los oídos cariñosos,
¿Para qué te escucharon?
¡Momentos venturosos,
Que cual fugaz relámpago volaron!