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DISCURSO
QUE LEÍ
EN LA ACADEMIA ESPAÑOLA
EL DÍA DE MI RECEPCÍON.
(17 DE MAYO DE 1838.)- Excmo. Sr.:
i el ardiente deseo que me anima de expresar á la ilustre Academia mi respeto y gratitud por el singular honor que acaba de dispensarme, no moviera mi pecho é impulsara mi natural cortedad á dirigirla mi voz en este momento, tarde ó nunca me hubiera decidido á verificarlo, por el íntimo convencimiento en que estoy de lo disonante que forzosamente ha de parecer, en un recinto y ante una asamblea acostumbrados á escuchar las más