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en la mayor parte de ellos solo es un medio de ligar unas á otras, á medida que se presentan, observaciones acer— es de la naturaleza del pais y de las costumbres de los habitantes. Pero es justo añadir que esta inferioridad está compensada por la abundancia de las mismas observaciones, por lá grandeza de las ojeadas generales acerca del mundo, por los laudables esfuerzos intentados para restablecer la verdad de las descripciones, tomando los términos propios del idioma del pais que esplora el viajero. Al progreso de los tiempos debemos el engrandecimiento indefinido del horizonte, la abundancia siempre creciente de las emociones y de las ideas, y la eficaz influencia que ejercen recíprocamente las unas sobre las otras. Los mismos que no quieren abandonar el suelo de la patria, no se satisfacen hoy yacon saber cómo está conformada la corteza terrestre en las zonas mas apartadas, y cuál esta figura de las plantas ó de los animales que las pueblan; es necesario que creen de todo una imágen viviente, y hacerles participar en algun modo de las impresiones que el hombre recibe en cada region del mundo esterior. A la satisfaccion de - esta exigencia, á proporcionar á nuestro espíritu un goce desconocido de la antigiiedad, tiende el tiempo presente. El trabajo adelanta porque es la obra comun de todas las naciones civilizadas, porque la perfeccion de los medios de transporte, así marítimoscomo terrestres, hace mas accesible al mundo y facilita la comparacion de las diferentes partes que le componen, á despecho de las distancias que las separan. |,
He tratado de hacer entender en estas páginas, cómo el talento del observador, la vida que comunica al mundo sensible, y la diversidad de miras que se han producido sucesivamente en el inmenso teatro en que se desarrollan las formas creadoras y destructoras del universo, han podido contribuir á estender el gusto de la Na-