de trópicos) como apartados á distancia incalculable. Colon no podia escribir aun fundadamente á la reina Isabel estas palabras: «La tierra no es inmensa; es mucho menor que lo que el vulgo se 1magina (2).»
Bajo el punto de vista de lacomposicion, estas narraciones, Olvidadas hoy, ofrecian muchas ventajas sobre la mayor parte de las narraciones modernas; tenian la unidad necesaria á las obras de arte, ytodo se referia á una accion; todo se subordinaba á los acontecimientos del viaje. El interés nacia de la sencilla y animada relacion de las dificultades vencidas, que ordinariamente se aceptaban sin desconfianza. Los viajeros cristianos, ignorando cuanto habian hecho los Arabes antes que ellos, los judíos de España y los misioneros budistas, se vanagloriaban de haber: sido los primeros en-ver y describirlo todo. Independientemente de la oscuridad que ocultaba el Oriente y el centro del Asia, todas las formas, por efecto de la distancia, to— maban proporciones exageradas. Esta unidad de composi— cion falta especialmente á los viajes modernos emprendidos con alguna mira científica, pues el interés de los acontecimientos desaparece bajo la multiplicidad de las observaciones. Ascensiones á las montañas que no recompensan siempre el trabajo que cuestan; travesías peligrosas, viajes de descubrimientos por mares poco esplorados, y una temporada en medio de los hielos y desiertos del polo, pueden solamente ofrecer todavía alguna emocion dramática y suministrar materia para descripciones pintorescas. La soledad absoluta que rodea al navegante, el alejamiento en que está de todo socorro humano, aislan el cuadro, y por esto mismo producenen la imaginacion una impresion mas profunda.
No puede negarse, segun las consideraciones que preceden, que en los cuentos de los viajeros modernos el elemento dramático está relegado á segundo término, y que