^(10) Pag. 321.—Pouillet, en los Annales de Chimie, t. XXXV, p. 405.
^(11) Pág. 321.—De la Rive, en su escelente Essai historique sur l'Électricité, p. 140.
^(12) Pág. 321.—Peltier, en los Comptes rendus de l'Acad. des Sciences, t. XII, p. 307; Becquerel, Traite de l'Électricité et du Majnétisme, t. IV, p. 107.
^(13) Pág. 321.—Duprez, sur l'Électricité de l'air (Bruselas, 1844, p. 56 y 61).
^(14) Pág. 322.— Humboldt, Relat. historique, t. III, p. 318. No hablo aquí sinó de las investigaciones que he hecho con un electro-metro de Saussure, armado de un conductor metálico de un metro de longitud, investigaciones en las que el electro-merro no sufria movimiento alguno, de alto á abajo, ni de abajo arriba, ni tenia tampoco el conductor una esponja empapada en alcohol inflamado. Aquellos de mis lectores, que están al tanto de los puntos controvertidos en la actualidad, acerca de la teoría de la electricidad atmosférica, comprenderán el objeto de esta restriccion. En cuanto á la formacion de las tempestades bajo los trópicos, véase mi Relat. histor., t. II, p. 45, 202 y 209.
^(15) Pág. 322.—Gay-Lussac, en los Annales de Chimie et de Physique, t. VIII, p. 167. La falta de conformidad que reina entre las opiniones de Lamé, de Becquerel y de Peltier, no permiten apenas decidir aun acerca de la causa de la distribucion específica de la electricidad en las nubes, cargadas las unas de electricidad positiva y las otras de electricidad negativa. La electricidad negativa que se desarrolla en el aire, cerca de las cascadas, donde el agua está reducida incesantemente á fino polvo, es un fenómeno sorprendente en estremo, que ha sido descubierto, en primer lugar por Tralles, y que he tenido frecuente ocasion de comprobarlo bajo latitudes muy diferentes; sus efectos son aun sensibles á 100 y aun á 130 metros de distancia con un buen electro-metro.
^(16) Pág. 322.—Arago, Annuaire du Bureau des Longitudes pour, 1838, p. 246.
^(17) Pág. 323.—La misma obra, p. 249-266; cf., p. 268-279.
^(18) Pág. 323.—La misma obra, p. 388-391. El académico Bær, que ha contribuido tanto al progreso de la meteorología del Norte del Asia,