tro sistema planetario, y que ha revelado la existencia de un fluido etéreo, que tiende á disminuir la fuerza centrífuga y la duracion de las revoluciones. En una época en que tantas gentes, curiosas de un relativo saber, se complacen en mezclar á las conversaciones del dia vaguedades científicas, los temores que antiguamente reinaban respecto del choque de los cuerpos celestes, ó de un pretendido trastorno de los climas, se renuevan bajo formas diferentes: sueños de la imaginacion, tanto mas engañosos, cuanto que tienen su orígen en pretensiones dogmáticas. La historia de la atmósfera y de las variaciones anuales que esperimenta su temperatura, tiene ya bastante antigüedad para habernos manifestado la reproduccion de pequeñas oscilaciones alrededor del calor medio de cierto lugar, y para prevenirnos por consiguiente contra el temor exagerado de la deterioracion general y progresiva de los climas de Europa. El cometa de Encke, uno de los tres cometas interiores, acaba su carrera en mil doscientos dias; y por la forma y la posicion de su órbita, no es mas peligroso para la tierra que el gran cometa de Halley, de setenta y seis años, menos bello en 1835 que en 1759, ni que el cometa interior de Biela, el cual, sin bien es cierto que corta la órbita de la tierra, no puede acercarse mucho á nosotros sin embargo, mas que cuando su proximidad al sol coincide con el solsticicio de invierno.
La cantidad de calórico que recibe un planeta, y cuya desigual distribucion determina las variaciones meteorológicas de la atmósfera, depende á la vez de la fuerza fotogénica del sol, es decir, del estado de sus envueltas gaseosas, y de la posicion relativa del planeta y del cuerpo central. Segun las leyes de la gravitacion universal, la forma de la órbita terrestre ó la inclinacion de la eclíptica, es decir, el ángulo que forma el eje de la tierra con el plano de su órbita, esperimenta variaciones periódicas: pero tan lentas, y