p. 89-96; y del mismo autor, Beleuchtung der Werner'schen Gangtheorie, p. 6; C. de Weissenbach. Abbildungen merkwürdiger Gangverhältnisse, 1836, fig. 12. Pero la estructura en forma de bandas estrechas no es general, ni tampoco el órden en el cual se suceden los diferentes miembros de estas masas indica necesariamente su edad relativa; véase Freiesleben, über die sachsischen Erzgänge, 1843, p. 10-12.
^(92) Pág. 246.—Mitscherlich, über die künstliche Darstellung der Mineralien, en las Mém. de l'Acad. de Berlin, 1822 y 1823, p. 25-41.
^(93) Pág. 247.—Las escorias han dado lo siguiente: cristales de feldespato, descubiertos por Heine en un hornillo de fundicion para el cobre, cerca de Sangerhausen, y analizados por Kerslen (Poggend. Annalen, t. XXXIII, p. 337); cristales de augita, en las escorias de Sahle (Mitscherlich, Mém. de l'Acad. de Berlin, 1822 y 1823, p. 40); cristales de olivina (Sefstrœm, en la obra de Leonhard, Basalt-Gebilde, t. II, p. 493); mica, en las antiguas escorias de Garpenberg (Mitscherlich, en la obra citada de Leonhard, p. 506); cristales de óxido magnético de hierro, en las escorias de Châtillon-sur-Seine (Leonhard, p. 341); hierro especular en la arcilla de los alfareros (Mitscherlich, en Leonhard, p. 234).
^(94) Pág. 247.—Los minerales cuya reproduccion se ha logrado en todas sus partes, son: el idocrasio y el granate (Mitscherlich, en los Poggend, Annalen, t. XXXIII, p. 340); el rubí (Gaudin, Comptes rendus de l'Acad. des Sciences, t. IV, p. I, p. 999); la olivina y la augita (Mitscherlich y Berthier, en los Annales de Chimie et de Physique, t. XXIV, p. 376). Por mas que la augita y el anfibol presentan, segun G. Rose, la mayor semejanza en la forma de sus cristales, y tengan casi la misma composicion química, sin embargo, el anfibol no se encuentra jamás en las escorias al lado de la angita, y los químicos no han podido reproducir aun ni el anfibol ni el feldespato (Mitscherlich, en los Poggend., Annalen, t. XXXIII, p, 340, y Rose, Reise nach dem Ural, t. II, p. 338 y 363). Cf., tambien Beudant, Mém. de l'Acad. des Sciences, t. VIII, p. 221, y las investigaciones ingeniosas de Becquerel, en su Traité de l'Électricité, t. I, p. 334: t. III, p. 218; t. V, 1.ª aparte, 148 y 185.
^(95) Pág. 247.— D'Aubuisson, Journal de Physique, t. LXVIII, p. 128.
^(96) Pág. 248.— Leop. de Buch, geogn. Briefe, p. 75-82; vése al mismo tiempo en este pasaje, por qué el asperon rojo (el todtliegende de las capas de flœtz de la Turingia) y el terreno hullero, deben ser considerados como producidos por la erupcion de las rocas porfiríticas.