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bre la trasforraacion del hierro laminado en hierro quebradizo al frio, en las Mem. geolog. de Elías, Beaamont, t. II, p. 411.

^(66)  Pág. 238.—Mitscherlich, weber die Ausdehnung der kristallisirten Körper durch die Wärme en los Annalen de Pogendorff, t. X, p. 151.

^(67)  Pág. 239.—Sobre las dobles uniones de estratificacion, véase Elías de Beaumont, Geologie de la France, p. 41; Credner, Geognosie Thüringens und des Harzes, p. 40; Rœmer, das rheinische Uebergangsgebirge, 1844, p. 5 y 9.

^(68)  Pág. 239.—La sílice no está coloreada simplemente por el óxido de hierro; va acompañada de arcilla de cal y de potasa; véase Rose, Reise, t, II, p. 187. Sobre la formacion del jaspe por la accion del pórfiro, de la augita y del hiperstenfels, véase el mismo autor t. II, p. 169, 187 y 192. Cf. t. I. p. 427, donde entre los globos de pórfiro allí dibujados contiene la grauwacka calcárea de Bogoslowsk, se presenta tambien el jaspe como un producto de la accion plutónica de la augita, t. II, p, 545, y Humboldt Asie centrale, t. I, p. 486.

^(69)  Pág. 239.—A propósito del orígen volcánico de la mica es importante recordar que los cristales de mica se encuentran en el basalto de Mitlelgebirge bohemio; en la lava arrojada por el Vesubio en 1822. (Monticelli, Storia del Vesüvio, niegli anni, 1821 é 1822, § 99); en los fragmentos de esquisto arcilloso envueltos de basalto escoriado que se encuentran sobre el Hohenfels, no lejos de Gerolstein, en el Eifel (véase Mitscherlich, en el Basalto-Gebilde de Leonhard p. 244), sobre el feldspato producido en el esquisto arcilloso por el contacto del pórfiro, entre Urval y Poïet, (Forez), véase Dufrénoy, Geol. de la France, t. I, p. 137. A un contacto de éste género debe atribuirse la singular estructura amigdaloide y celular de los esquistos que he encontrado en Paimpol, en Bretaña (t. I, p. 234) en una escursion geológica emprendida de acuerdo con el profesor Kunt.

^(70)  Pág. 239.— Rose, Reise nach dem Ural, t. I, p. 586-588.

^(71)  Pág. 239.—Leopoldo de Buch, en las Mem. de l'Acad. de Berlin. 1842, p. 63, y en los Jahrbücher für wissenschafliche Kritik, 1840, p. 196.

^(72)  Pág. 240.—Elías de Beaumont, en los Annales de Sciences naturelles, t. XV, p. 362-372: «Aproximándose á las masas primitivas del Monte-Rosa y de las montañas situadas al oeste de Coni, vése como las capas secundarias pierden mas y mas los caracteres inherentes á su manera de depositarse. A menudo adoptan algunos modos que parecen provenir de