tierras altas de la Nueva-Guinea (Lütke, p. 240), véase Mathieu, en la Hist. de l'Ástron, au XVIII.e siécle, por Delambre, p. 701.
^(33) Pág. 152.— Numerosas observaciones han probado, que existen, en medio de los mismos continentes, atracciones locales que se anuncian por grandes irregularidades en la longitud del péndulo (Delambre, Mesure de la meridienne, t. III, p. 548; Biot, en las Mèm. de l'Acad. des Sciences, t. VIII, 1829, p. 18 y 23). Cuando se atraviesa del Oeste al Este, el Mediodía de la Francia y la Lombardía, se encuentra en Burdeos la menor intensidad de la pesantez; luego crece rápidamente en Figeac, en Clermont-Ferrand y en Milan, hasta Padua, donde llega á su maximum. La influencia de la vertiente meridional de los Alpes en estas variaciones, no debe atribuirse únicamente á la gran masa de esta cadena; pertenece especialmente á las rocas de melafiro y serpentina que han verificado su levantamiento: esta opinion se debe á Elias de Beaumont en sus Rech. sur les Revol. de la surface du globe, 1830, p. 729. Lo mismo puede decirse de las vertientes del Ararat, que está con el Cáucaso casi en el centro de gravedad del antiguo continente (Europa, Asia y Africa); las notables observaciones del péndulo que Fedorow ha hecho en este punto, lejos de comprobar la existencia de cavidades subterráneas, autorizan por el contrario, para suponer la de masas volcánicas de gran densidad. (Parrot, Voyage au mont Ararat, t. II, p. 143). Hállanse en las operaciones geodésicas de Carlini y Plana, en Lombardía, diferencias de 20" á 47",8 entre las latitudes astronómicas y las latitudes dedudidas de estas operaciones (vénse, por ejemplo, Andrate y Mondovi, Milán y Pádua, en las Opérations géodès. et astron. pour la mesure d'un arc du parallèle moyen. t. II, p. 347; Effemeridi astron. di Milano, 1842, p. 57). Si se calcula la latitud de Milán por la de Berna por medio de la triangulacion francesa, resultan 45° 27' 52" para dicha latitud, mientras que las observaciones astronómicas han dado 45° 27' y 35". Como las perturbaciones se estienden en las llanuras de la Lombardía hasta Parma, muy al Sud del Pó (Plana, Opèrat. géodès., t. II, p. 847), puede creerse que la desviacion que esperimenta la plomada dependa de la naturaleza del suelo mismo de la llanura. Efectos semejantes ha probado Struve en los llanos mas unidos de la Europa oriental (Schumacher's Astron. Nachr. 1830, número 164, p. 399). En cuanto á la influencia de las masas pesadas que se suponen á una profundidad igual á la altura media de la cadena de los Alpes, véanse las espresiones analíticas que Hossard y Rozet han insertado en las Comptes rendus. t XVIII, 1844, p. 392; y Cf. con Poisson, Traité de Mecanique (2.ª ed.), t. I, p. 482. La primera indicacion de la influencia que las rocas de diferente naturaleza pueden ejercer en las oscilaciones de un péndulo, ha sido dada por Thomas Young en las Philos. trancsact. for, 1819, p. 70-96. Pero cuando se trata de deducir de las ob-