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vocadamente que esta era la primera aparicion bien cierta de este famoso cometa. Véase Arago, en e Annuaire de 1836, p. 204 y ademas la nota (56) de las aquí coleccionadas.

^(43)  Pág. 90.—Arago, en el Annuaire de 1832, p. 209-211. El cometa de 1402 fue visible en pleno sol, como el de 1843. Este último fue observado en los Estados-Unidos el 28 de febrero, entre una y tres de la tarde, por J. G. Clarke (en Portland, Estado del Maine). Se pudo medir con gran precision la distancia del núcleo al borde del Sol. Este núcleo debía ser muy denso; el cometa tenia la apariencia de una nube blanca de contornos muy destacados: únicamente presentaba un espacio oscuro entre el núclo y la cola. (Amer. Journ. of Science. t. XLV, n.° 1, p. 229; Astron. Nachrichten de Schumacher 1843, n.°491, p. 175).

^(44)  Pág. 90.—Philos. Transact. for 1808, 2.ª parte, p. 155; for 1812, 1.ª parte, p. 118. Los diámetros de los núcleos, medidos por Herschell, fueron de 538 y de 428 millas inglesas. Para las dimensiones de los cometas de 1798 y 1805, véase Arago en el Annuaire de 1832, p. 203.

^(45)  Pág. 92.—Arago, des Changements physiques de la cométe de Halley, du 15 au 23 octobre 1835, en el Annuaire de 1836, p. 218-221. La direccion que afectan ordinariamente las colas de los cometas era ya conocida en tiempo de Neron, Comæ radios solis effugiunt, dice Séneca, Nat. Quæst., libro VII, c. 20.

^(46)  Pág. 92.—Véase Bessel, en las Astron. Nachrichten de Schumacher, 1836, núm. 300-302, p. 188, 192, 197, 200, 202 y 230, y en el Jahrbuch del mismo, 1837, p. 149-168. W. Herschell creyó encontrar en el magnífico cometa de 1811, indicios de un movimiento de rotacion en el núcleo y la cola. (Phil. Transact. for 1812, 1.ª parte, p. 140); la misma observacion hizo Dunlop en Paramatta, con respecto al tercer cometa de 1825.

^(47)  Pág. 93.—Bessel, en las Astron. Nachrichten de Schumacher, 1836, número 303, p. 231; Schum. Jahrbuch, 1837, p. 175. Véase tambien Lehmann, sobre las colas de los cometas, en Bode's Astron. Jahrb. für. 1826, p. 168.

^(48)  Pág. 93.—Aristóteles, Meteor. l. I, c. 8, 11-15 y 19-21 (ed. Ideler, t. I, p. 32-34), Biese, Philos. des Aristóteles, t. II, p. 86, Cuando se reflexiona en la influencia que ejerció Aristóteles durante toda la edad media, no puede menos de deplorarse la hostilidad de este grande hombre contra las brillantes ideas de los antiguos pitagóricos sobre la estructura del Universo. En el mismo libro en que recuerda Aristóteles que la escuela de Pitágoras consideraba á los cometas como otros tantos planetas de